Toneladas de cubrebocas, guantes y pañuelos impregnados de moco y saliva, que fueron usados por millones de habitantes del valle de México durante la contingencia sanitaria por la influenza AH1N1, han sido depositados en tiraderos a cielo abierto, cuando debieron incinerarlos, lo que representa un riesgo, alertan expertos.
El manejo inicial fue realizado con normalidad, pero el destino final de esos desechos es incierto o pudo haber quedado sin el tratamiento establecido por las leyes sanitarias y ambientales.
La Corte Internacional de Arbitraje y Conciliación Ambiental (CIACA) aseguró que la mayorÃa de los municipios del estado de México inclumplen la normatividad ecológica, porque mezclan la basura ordinaria con los productos utilizados durante esta emergencia.
â??Las autoridades sostienen que las mascarillas y los pañuelos desechables no se consideran material peligroso, pero en una contingencia como la que vivimos, sà son fuente de diseminación del virusâ?, señaló Ramón Ojeda Mestre, secretario general de la CIACA