Vecinos y transeúntes corrieron despavoridos para alejarse del lugar, mientras que los heridos clamaban por ayuda. Algunos fueron trasladados en patrullas y autos particulares a hospitales cercanos, ante la tardanza de los servicios de emergencia.
La tragedia provocó el cierre de varias vialidades y la suspensión del servicio de transporte público en la zona, afectando la movilidad de miles de personas. Además, se reportaron daños en algunos establecimientos cercanos, que sufrieron daños por el impacto de la explosión.
Las autoridades iniciaron una investigación para determinar las causas del accidente y deslindar responsabilidades. Mientras tanto, familiares de las víctimas esperaban noticias en los hospitales, con la esperanza de que sus seres queridos se recuperaran de sus heridas.
La ciudad de México se sumió en la tristeza y la consternación por esta terrible tragedia, que dejó heridas tanto físicas como emocionales en la comunidad. La solidaridad y el apoyo de los vecinos, rescatistas y autoridades se hicieron presentes en medio del caos, mostrando una vez más la fuerza y la unión de la gente frente a la adversidad.