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Expertos estadounidenses especializados en Rusia ven un creciente riesgo de que la crisis en Ucrania, que ya se ha cobrado miles de vidas, pueda escalar a pesar del éxito parcial del último acuerdo de alto el fuego.
Estados Unidos y la Europa occidental tomaron una serie de medidas para aislar a Rusia y dañar su economía en represalia por su anexión de la península de Crimea y su apoyo a los separatistas en el este de Ucrania contra el gobierno de Kiev, respaldado por Occidente. Pero esas medidas no han forzado al presidente ruso, Vladimir Putin, a echarse atrás.
Rusia alista sus tropas y armamento en la frontera con Ucrania, según el Departamento de Estado estadounidense. Por su parte, Estados Unidos ha desplegado 300 instructores militares para que trabajen con el ejército de Ucrania, a los que se suman cientos de formadores enviados por otros estados miembros de la OTAN.
Los expertos consideran que eso plantea el potencial de un conflicto mucho más amplio tras un año de combates en los que según la ONU han muerto al menos 6.100 personas.
Un acto especialmente flagrante por parte de tropas rusas en el este de Ucrania, o un incidente entre tropas rusas e estadounidenses podrían detonar una escalada, señaló Andew Weiss, experto en Rusia del Carnegie Endowment for International Peace. Un incidente reciente en el que aviones de combate de los ejércitos ruso y estadounidense estuvieron cerca de colisionar sobre el Báltico subraya el riesgo de que eso ocurra, señaló.
“Así que hay mucha volatilidad allí que está entrelazada con la crisis”, dijo Weiss. “De modo que creo que la calma actual simplemente no parece sostenible. Y sólo es una cuestión de tiempo antes de que algo provoque una nueva espiral de escalada”.
Los enfrentamientos en el este de Ucrania remitieron de forma sustancial desde la firma en febrero de un acuerdo de alto el fuego, pero siguen produciéndose escaramuzas en varios puntos de las 280 millas del frente que separa a las tropas rebeldes y del gobierno ucraniano. El comandante de las fuerzas de la OTAN en Europa, el general estadounidense Philip Breedlove, dijo el jueves en una comparecencia ante el Congreso que parece que las fuerzas rusas han aprovechado el receso en las hostilidades para reposicionarse con vistas a otra ofensiva.
Las sanciones económicas occidentales se han cobrado un precio en la economía rusa, que según dijo el presidente estadounidense, Barack Obama, en su discurso sobre el Estado de la Unión en enero, está “hecha jirones”. Los rusos de a pie han sido los más golpeados por esas medidas económicas.
Sin embargo, Rusia ha logrado un respiro económico porque su moneda, el rublo, recuperó terreno tras caer a cotas mínimas a finales del año pasado. El precio del crudo -por ahora- ha frenado su caída en picado, y el flujo de capitales que sale del país ha perdido velocidad. El último sondeo de la agencia independiente Levada mostró que el índice de aprobación de Putin era de un abrumador 86% en abril.
Pero hay indicios de que Rusia podría dirigirse a problemas económicos más profundos. La cifra del producto interior bruto del primer trimestre del año cayó un 2 por ciento, y se espera una grave recesión para los próximos dos o tres años.
Se calcula que la fuga de capitales este año ascenderá a entre 90.000 y 100.000 millones de dólares, un dato mucho mejor que el desastre de 2014 pero que sigue un 50% por encima de la salida de capitales en 2013. Y si bien los precios del petróleo empiezan a estabilizarse, han caído en torno a un 50%, un gran golpe para los ingresos del gobierno ruso.
“Han visto malas noticias sobre la economía rusa”, señaló Weiss, “pero nada tan catastrófico o sombrío”
Sobre las sanciones, añadió, “Por ahora, nada de lo que se ha puesto sobre la mesa ha tenido un efecto en lo que hará o no hará Putin mañana en Ucrania”.
En cuanto a la propia Ucrania, Weiss advirtió sobre la fragilidad del estado y apuntó que al presidente Petro Poroshenko le resultará difícil cumplir sus planes de grandes reformas económicas y cambios en un sistema político que lleva más de 25 años dominado por una élite corrupta.
Así que, ¿cuál es la salida del pulso?
“En este momento todas las señales son malas”, dijo Stephen Cohen, experto en Rusia y profesor emérito de Princeton y la Universidad de Nueva York.
Cohen es desde hace tiempo un duro crítico de la política estadounidense hacia Rusia. Al igual que Putin, opina que la política estadounidense ha sido provocadora desde el colapso de la Unión Soviética en 1991, empezando con la expansión de la OTAN en las antiguas repúblicas soviéticas y sus países satélite en el este y centro de Europa.
Washington está decidido a que el nuevo gobierno de Ucrania, próximo a occidente, salga de la órbita de Moscú. Putin ha declarado que eso no debe ocurrir.
“Putin ha dicho desde el principio que lo que quiere es suficiente control interno en el territorio sureste”, dijo Cohen sobre la región industrial y de carbón, donde hay una importante población de personas de etnia rusa.
Putin ha dicho que nunca abandonará a la gente del este de Ucrania. Y quiere una garantía de que Ucrania nunca se unirá a la alianza de la OTAN.
¿Quién flaqueará primero?
Ucrania

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