La Comisión Europea dio el martes luz verde a la venta en el territorio europeo de las dos primeras vacunas contra la gripe A H1N1, una del laboratorio suizo Novartis y la otra del británico GlaxoSmithKline (GSK), anunció en un comunicado.
Tras “la recomendación científica favorable” emitida la semana pasada por la Agencia Europea del Medicamento, la Comisión Europea aprobó la comercialización de ambas vacunas en todos los países de la Unión Europea (UE) así como en Islandia, Liechtenstein y Noruega.
La medida, que afecta a Focetria de Novartis y a Pandemrix de GSK, entrará en vigor “como muy tarde el 1 de octubre”, según Bruselas.
Su distribución “debería posibilitar que un número suficiente de vacunas esté disponible antes del inicio de la sesión de la gripe, reduciendo los riesgos de enfermedades y de muertes para los ciudadanos europeos”, reza el comunicado.
Países como España y Francia han encargado vacunas a ambos laboratorios.
Las dos vacunas tienen un elemento en común, que aceleró su autorización: ya habían obtenido en 2005 una aprobación llamada “modelo” (con cambio de cepa posible) contra el virus H5N1 de la gripe aviaria.
Por lo tanto, la Comisión se limitó este martes a aprobar “las modificaciones” a sendas autorizaciones ya existentes.
“Estoy muy satisfecho de que la Comisión haya sido capaz de decidir en el plazo más breve”, declaró el comisario de Industria, Guenter Verheugen.
La Agencia Europea del Medicamento recomendó la semana pasada que las vacunas aprobadas sean administradas en dos dosis, con un intervalo de tres semanas entre cada inyección. Aprobó su utilización en adultos, incluidas las embarazadas, y en niños de más de seis meses.
Pero el organismo reconoció que los datos iniciales “sugieren que una vacuna de una sola dosis podría bastar para los adultos”, lo que permitiría vacunar al doble de personas.
Las personas de más de seis meses con patologías crónicas, las embarazadas y el personal médico son los tres grupos prioritarios de vacunación, según la postura común adoptada por la UE. No obstante, cada país se reserva la decisión final sobre quién debe ser vacunado primero.