Las autoridades de la Unión Europea (UE) enviaron hoy sus condolencias al gobierno belga por el accidente entre dos trenes que dejó decenas de muertos y heridos de gravedad esta mañana en la localidad de Hal, a 15 kilómetros de Bruselas.
“En nombre de la Comisión Europea y en mi nombre personalmente, presento a ustedes, así como a las familias de las víctimas, nuestras más sinceras condolencias”, dijo el presidente del Ejecutivo europeo, José Manuel Durao Barroso, en una carta dirigida al primer ministro belga Yves Leterme.
También el presidente del Parlamento Europeo (PE) , Jerzy Buzek, envió su pésame a las familias de las víctimas del “trágico accidente” y manifestó a los heridos su deseo de “una rápida recuperación”.
Leterme, de viaje en Kosovo, decidió regresar al país y planea presentarse esta tarde en el sitio del accidente.
Hasta el momento 10 víctimas fatales y 150 personas heridas de gravedad fueron confirmadas por las autoridades belgas tras la completa evacuación de uno de los trenes implicados en el suceso.
Según la radio pública flamenca VRT, otras 15 personas murieron en el segundo tren, una información aún no confirmada oficialmente. A su vez, el alcalde de Hal, Dirk Pieters, dijo a la prensa local que el total de muertos sería de por lo menos 20.
El accidente al parecer se produjo a la salida de la estación de trenes a las 08:30 horas local, cuando muchos ciudadanos se desplazan hasta Bruselas para trabajar.
En un comunicado conjunto, la compañía belga de trenes, SNCB, y el administrador de la red ferroviaria, Infrabel, afirmaron que “no quieren y no pueden especular sobre las causas del accidente” y que “ofrecerán todas las informaciones cuando estén disponibles”.
Sin embargo, la prensa local afirma que uno de los trenes no respetó un semáforo rojo y se chocó de frente con otro tren que empezaba a cambiar de vía.
Se especula que el mal tiempo en la región, donde la nieve no ha dejado de caer desde el fin de semana, puede haber desempeñado un papel importante en el accidente.
Testigos citados por la prensa belga afirman no haber oído ruido de frenos, lo que sugiere que los trenes circulaban a toda velocidad.
La SNCB ha puesto en marcha su plan de urgencia y los servicios ferroviarios entre diversas ciudades, incluida la línea de alta velocidad entre Bruselas y París, fueron paralizados