El fracaso de las negociaciones de San José se tradujo el lunes en un incremento de la presión sobre el régimen de facto hondureño, cuyo lÃder, Roberto Micheletti, tuvo que atender una “dura” llamada de Hillary Clinton, mientras la UE suspendÃa parte de su ayuda al paÃs.
“Fue una llamada dura”, narró el portavoz del departamento de Estado norteamericano, Philip Crowley, comentando la conversación telefónica de Clinton con Micheletti.
La llamada fue el domingo, cuando fracasaron las negociaciones entre representantes de Micheletti y del depuesto presidente Manuel Zelaya, por la negativa del nuevo régimen de Tegucigalpa a devolver el poder al anterior, tal y como exigÃa el mediador, el presidente costarricense Oscar Arias. Clinton recordó a Micheletti el “impacto significativo en términos de ayuda” y “las eventuales consecuencias a largo plazo para las relaciones” bilaterales que podrÃa tener la “no aceptación de los principios de Arias”, afirmó Crowley.
En Bruselas, la Comisión Europea anunció que congelaba 65,5 millones de euros (92 millones de dólares) de ayuda presupuestaria -la que va directamente a las arcas del Estado- al no haberse encontrado todavÃa una solución al derrocamiento de Zelaya el 28 de junio. “Lamento mucho que no haya sido posible por ahora alcanzar una solución mutuamente aceptable a la crisis en Honduras”, declaró la comisaria de Relaciones Exteriores de la UE, Benita Ferrero-Waldner, en un comunicado.
“Dadas las circunstancias, he tomado la difÃcil decisión de suspender todas las ayudas presupuestarias”, añadió. En Tegucigalpa, Micheletti -en sus primeras declaraciones tras el fracaso de la mediación-, insistió en que no permitirán la restitución de Zelaya.
No puede volver al poder quien “rompió la Constitución de la República no una, sino varias veces”, dijo el mandatario de facto durante un acto al que asistieron decenas de funcionarios y seguidores de su gobierno, quienes tomaron la palabra para fustigar a Zelaya. “El 29 de noviembre hay elecciones libres y transparentes en este paÃs”, agregó Micheletti, señalando que “el 27 de enero del 2010, temprano en la mañana, estaré entregando el poder al ciudadano que el pueblo ha escogido como presidente”.
Y mientras en Honduras los partidarios de Zelaya anunciaban que iban a intensificar las protestas, uno de sus allegados afirmaba que el presidente derrocado volverá el viernes a su paÃs. “El presidente Zelaya ha aceptado las 72 horas (pedidas para nuevas gestiones por el presidente costarricense Oscar Arias) y anuncia su retorno para el dÃa 24”, dijo a la AFP Carlos Eduardo Reyna, dirigente del Partido Liberal, la formación a la que pertenecen Zelaya y Micheletti y que quedó fracturado por la crisis.
“Estamos convocando al pueblo hondureño para que se organice para dispensar una apoteósica bienvenida al presidente” Zelaya, agregó Reyna, hijo del embajador hondureño ante la ONU, Jorge Arturo Reyna. La posibilidad de que los buenos oficios de Arias no hayan concluido fue evocada en Washington durante la reunión extraordinaria que celebró la Organización de Estados Americanos (OEA) para analizar la situación.
“La mediación va bien encaminada, seguimos sin garantÃa de éxito porque nadie puede darla, pero estamos muy cerca del final”, dijo el representante del gobierno de San José ante la OEA, José Castillo.
Decir que el diálogo está muerto es “muy alejado de la realidad”, agregó. En Panamá, el canciller de Costa Rica, Bruno Stagno, se reunió con los miembros de la delegación de Micheletti para “discutir los tiempos” de las próximas acciones, declaró la diputada hondureña Marcia Villeda.
Arias podrÃa convocar a ambas partes de nuevo en San José el miércoles, cuando se cumple el plazo adicional que reclamó para seguir con su mediación. “Estas 72 horas son vitales” dijo una fuente diplomática costarricense a la AFP, por lo que se espera que la comunidad internacional aumente las presiones al gobierno de Micheletti-
Hace apenas unas pocas décadas cuando se producÃa un golpe de Estado en América Latina rápidamente Washington se apresuraba a bendecirlo. â?? Es un asunto internoâ?, esgrimÃan cÃnicamente. Con el golpe de Estado en Honduras parece que los tiempos por un lado han vuelto a ser los de las dictaduras de los 60, 70 y 80 en Centroamérica y por otro lado han cambiado.