Esos vándalos encapuchados y que tomaron la sede del estado de Michoacán, se manifestaron de una forma en la cual no podemos decir haya habido respeto a las instituciones, ya que la representación del estado, es parte de una institución.
Estos vándalos que además mentían con las pintas de asesino Fausto Vallejo, ya que no ha habido un solo muerto en los diversos eventos que en Michoacán han ocurrido, son parte de lo peor que podemos ver de intolerancia entre los normalistas, así que Marcelo Ebrard no debió haberlos solapado.
Que no se haga costumbre ver a estos vándalos en la Ciudad de México, ojala no sea una herencia que le vaya a dejar a Miguel Mancera en la próxima administración.