Mientras la excavación del túnel por el cual se traerá a la superficie a los 33 mineros atrapados en el fondo de una mina tuvo una pequeña interrupción por una falla geológica en la montaña, una segunda sonda que podría acelerar el rescate debe iniciar este fin de semana los trabajos.
En tanto, las autoridades analizan la posibilidad de poner una tercera perforación. Para ello se utilizará una máquina perforadora que usa la estatal Empresa Nacional del Petróleo en busca de petróleo o gas en Magallanes, en el extremo austral del país.
Pero todavía no hay resolución, según se explicó, porque los técnicos tienen que estudiar las condiciones técnicas de esa nueva perforación, que entre otras cosas haría un rompimiento muy abrupto del túnel y podría hacer peligrar a los mineros.
En todo caso, si se aprueba esa nueva vía, sería la más rápida de las tres. La segunda de las máquinas que debe comenzar a horadar el cerro bajo el cual se encuentra la mina no tardará menos de dos meses en alcanzar su objetivo.
El trabajo de la primera sonda se vio interrumpido brevemente el, miércoles cuando ya había perforado 25.6 metros al descubrirse una grieta en la roca. Pero tras encementarse la excavación para asegurar sus paredes, las tareas se reanudaron al poco tiempo y ya este jueves habían superado los 41 metros de profundidad.
En todo caso el ingeniero a cargo de las faenas, André Sougarret, dijo que contratiempos de ese tipo estaban previstos. La perforación de esa máquina Strata 750 se calcula debe concluir entre tres y cuatro meses.
Pero una segunda opción que el gobierno decidió explorar para acelerar la salida debe probablemente entrar en operación este fin de semana, cuando quede montada una segunda perforadora, más rápida que la otra.
La máquina debe llegar la noche de este jueves al yacimiento de oro y cobre situado a unos 850 kilómetros al norte de esta capital proveniente de un mineral más al norte. La empresa propietaria, al igual que otras que han participado en las perforaciones, brinda gratuitamente sus servicios.
Aunque la mina San José pertenece a una empresa privada, criticada fuertemente por la falta de medidas de seguridad, las tareas de rescate han sido emprendidas por personal del consorcio cuprífero estatal Codelco.
En los días previos se preparó el terreno para montar la segunda máquina, que se espera en dos meses podría alcanzar el refugio de emergencia en que se encuentran, a 700 metros de profundidad, los 32 mineros chilenos y uno boliviano. Allí se refugiaron tras el derrumbe del 5 de agosto que bloqueó la salida.
En tanto, a las visitas de artistas y organizaciones religiosas la tarde de este jueves se suma el cardenal arzobispo de Santiago, Francisco Javier Errázuriz, quien oficiará una misa en el denominado Campamento Esperanza, formado por carpas levantadas por los familiares y por el gobierno.
Muchos de los familiares han instalado verdaderos santuarios con figuras religiosas y velas encendidas en medio de los roqueríos y el terreno polvoriento a la entrada de la mina.
En el interior de la mina los 33 trabajadores continúan siendo alimentados con comida sólida y caliente, lo que se inició la víspera. Su estado de ánimo se mantiene alto, lo que se ha reflejado en sus expresiones durante los vídeos que han enviado y los chistes que han escrito.
Los funcionarios se han preocupado de reforzar su estado anímico, lo que será ayudado cuando se instale a fines de semana un sistema de vídeo conferencia mediante el cual los mineros se comunicarán con sus familiares y con los rescatistas.
Varios humoristas les enviaron tres horas de grabaciones de chistes para amenizar su larga espera, para la que también cuentan con música y juegos.