El uso de vacunas para tratar adicciones al alcohol o a la cocaína son la alternativa más promisoria para erradicar esas prácticas, luego de las pruebas exitosas realizadas en Estados Unidos, señalaron expertos en neurología y psiquiatría.
Las vacunas más avanzadas a nivel internacional son las experimentadas contra la nicotina (la sustancia principal del cigarro) y la cocaína.
Esta última ha sido ensayada con éxito en la Universidad de Yale y se espera que EU apruebe pronto su uso.
Guido Belsasso, director de Psicología y Psiquiatría del Centro Neurológico ABC, consideró que las vacunas facilitarán la rehabilitación, pero deberán complementarse con educación y psicoterapia para tener una mayor eficacia.
Previó que estarán disponibles para su uso clínico en uno o dos años.
El sector salud estadounidense autorizó ya el uso de fármacos como el topiramato y el ondasteron para brindar inmunización contra la dependencia al alcohol.
El primer medicamento reduce la compulsión por beber y los niveles de colesterol en alcohólicos, además de mejorar la función del hígado.
Bankole A. Johnson, investigador estadounidense, coordinador de las pruebas, dijo en su última visita a México que el topiramato disminuye la memoria gratificante asociada con la ingesta de alcohol.
María Elena Medina Mora, directora del Instituto Nacional de Psiquiatría de la Secretaría de Salud, informó que el consumo excesivo de alcohol sigue siendo el principal problema de adicciones que se presenta en el país