Votaciones en Alemania son una prueba a política migratoria de Merkel. El tema de los refugiados centró el cierre de campañas electorales en los estados alemanes de Sajonia-Anhalt, Baden-Württemberg y Renania-Palatinado, cuyas votaciones serán una prueba a la política de puertas abiertas de la canciller Angela Merkel.
Las votaciones de mañana domingo también tienen como telón de fondo el auge de la derecha populista alemana que avanza para ubicarse como la tercera fuerza política en varias regiones del país.
La política para hacer frente a la ola de refugiados en Alemania y el avance de la derecha son temas que están relacionados este país, ya que el partido Alternativa para Alemania (AfD) alimentó el temor de la población por la masiva llegada de inmigrantes, ante la generosa acogida que Merkel mantuvo durante meses.
Por ello, la atención de analista y de la clase política estará centrada mañana domingo en el desempeño del AfD en los estados de Baden-Württemberg y Renania Palatinado, en el oeste de Alemania, y Sajonia Anhalt, en el este de la nación europea.
El AfD, creado en 2013 como una forma de protesta por los rescates financieros en la Unión Europea, se está convirtiendo en un aglutinador del voto de protesta y las encuestas vaticinan que ganará entre un 9.0 y un 18 por ciento de los votos.
En Renania Palatinado y Sajonia Anhalt incluso podría ser la tercera fuerza más votada. Hasta ahora, el AfD, con un claro discurso antiinmigrate, tiene presencia en cinco parlamentos regionales en Alemania, además de en el Parlamento Europeo.
De confirmarse las encuestas, el estado de Baden-Württemberg, famoso por su fuerte industria, podría ser uno de los primeros escenarios de la derrota de Merkel, donde su Unión Democristiana (CDU) es el partido más votado desde la Segunda Guerra Mundial.
Aunque la CDU ya no gobierna en ese estado desde 2011, cuando una alianza entre los Verdes y los Socialdemócratas (SPD) permitió gobernar al verde Winfried Kretschmann, una eventual derrota este domingo tendría un gran simbolismo al considerarse un bastión del partido.
En un intento de evitar la fuga de votos, el candidato de la CDU, Guido Wolf, marcó distancias con Merkel, por miedo a que su política de refugiados acabe pasándole factura.
Pero, las encuestas dan la victoria a Los Verdes que lograrían un 32 por ciento, la CDU tendría un 29 y los socialdemócratas un 14 por ciento.
Sin embargo, los socialdemócratas, socios de coalición de Merkel a nivel nacional, lideran los sondeos en Renania Palatinado, en esa entidad la actual gobernante la socialdemócrata Malu Dreyer, volvería a imponerse con 36 por ciento de los votos, un punto por encima de la candidata de la CDU, Julia Klöckner.
Klöckner también ha marcado claras distancias con la política de refugiados de Merkel e incluso defendió una cuota diaria de los refugiados que podrían ingresar a Alemania, similar a la política adoptada por Austria, una postura que rechaza la canciller alemana.
Mientras en Sajonia Anhalt, la CDU sería el partido más votado con un 32 por ciento, siendo el único estado en el que el partido de Merkel lograría imponerse con una cierta holgura frente al segundo más votado, La Izquierda, con un 21 por ciento de apoyo.
Según uno de los más reciente sondeo, el AfD podría llegar a ser la tercera fuerza en Renania Palatinado con 9.0 por ciento de los votos, en Sajonia-Anhalt con un 18 por ciento y en Baden-Württemberg lograría el 11 por ciento de los votos.
Al partido se le considera cercano al Partido Nacionaldemócrata (NPD) de ultraderecha por sus posiciones nazis. Desde el gobierno alemán han intentado advertir a los ciudadanos del peligro que la AfD representa para la democracia alemana, sin mucho éxito por el momento.
La crisis de los refugiados y la llegada de más de un millón el año pasado a Alemania catapultó a la formación derechista, que había quedado debilitada tras una división interna.
La agrupación evolucionó entonces a posturas nacionalistas e incluso xenófobas y comenzó a enfocarse más en la gente que en un tipo de elector más intelectual y euroescéptico, con especial éxito en la Alemania oriental, la zona más pobre del país.
Un total de 12.7 millones de alemanes podrán votar mañana domingo en esos tres estados, gobernados por diferentes partidos y en los que los sondeos auguran carreras bastante ajustadas.