EL vuelo KGL9268 parece que tiene un giro inesperado en su caso. El avión ruso con 224 pasajeros a bordo que se estrelló el sábado en la península del Sinaí se destruyó en el aire, informó hoy el Comité de Aviación Interestatal (CAI) de Rusia.
La destrucción del vuelo KGL9268 tuvo lugar en el aire y los fragmentos resultaron desperdigados por una superficie de cerca de 20 kilómetros cuadrados”, dijo Víctor Sorochenko, director ejecutivo del CAI, a la prensa rusa tras visitar el lugar del accidente.
Con todo, aseguró que es todavía pronto para sacar conclusiones sobre las causas de la tragedia aérea del vuelo KGL9268, que hay que decirlo, es la mayor en la historia de Rusia.
Según testigos oculares, el avión del vuelo KGL9268 de la aerolínea rusa Kogalimavia (Metrojet), un Airbus A-321, ya ardía en llamas antes de chocar contra la tierra.
El antiguo director de la citada compañía, Sergei Mordvintsev, aseguró hoy que los aparatos de esa clase de la aerolínea nunca habían sufrido problemas técnicos.
El A-321 es un aparato seguro. Durante su periodo de explotación sus motores nunca experimentaron ningún problema”, dijo a la agencia Interfax.
Tanto las autoridades rusas como las egipcias descartaron un posible atentado terrorista como causa del accidente, como ocurriera en el caso del Boeing malayo que fue derribado en 2014 por un misil en el este de Ucrania.
Técnicos de ambos países han procedido al análisis de las cajas negras del avión que, según el ministro de Transporte ruso, han sufrido “daños técnicos menores”.
El ministro ruso de Transportes, Maxim Sokolov, y un equipo de investigadores de alto nivel llegaron hoy a El Cairo para ayudar a las autoridades egipcias a determinar las causas de la caída del avión