Al menos tres militares colombianos murieron y cinco más resultaron heridos en un nuevo ataque de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) al Ejército en el suroeste del país, informó hoy la institución castrense.
Los uniformados cayeron en un campo minado que los rebeldes activaron en una zona rural de la localidad de Moralia, en el departamento del Valle, distante 500 kilómetros al suroeste de Bogotá.
De acuerdo con el reporte, los militares, adscritos al Batallón Vencedores, buscaban un reducto de las FARC, la mayor y más antigua guerrilla del país, cuando fueron atacados por los insurgentes.
El grupo rebelde arreció sus acciones contra la Fuerza Pública en las últimas dos semanas, con un balance de 40 muertos, la mayoría de ellos policías que patrullaban en zonas del sur de Colombia.
La nueva emboscada ocurrió un día después que el presidente colombiano Juan Manuel Santos admitió que “falta el camino más difícil para derrotar al terrorismo”, como llama a la insurgencia.
El mandatario afirmó desde la base militar sureña de Larandia que para que “el tramo final dure el menor tiempo posible y lleguemos finalmente a la paz”, se requiere de resultados en el combate al adversario