La secretaria de Seguridad Nacional de EU, Janet Napolitano, dijo hoy que Washington cree en una internet sin restricciones pero también segura en medio de un creciente debate sobre los intentos del Gobierno de controlar la Red.
“Creemos en la importancia de una internet abierta”, dijo hoy Napolitano durante un seminario sobre ciberseguridad celebrado en el Club Nacional de Prensa en Washington.
Añadió, sin embargo, que “no es posible tener una internet que es abierta pero no segura o segura pero no abierta”.
Sus declaraciones llegan tras la reciente filtración de miles de documentos confidenciales estadounidenses por parte de la organización WikiLeaks y la guerra cibernética que se desató entre partidarios y detractores del sitio.
La campaña de EU contra el fundador de WikiLeaks Julian Assange, las presiones de varios legisladores para que empresas que prestaban servicios a su organización se los denegasen y la decisión de varias agencias del gobierno de prohibir a sus empleados el acceso al sitio web han hecho temer por el futuro de la Red.
Grupos estadounidenses defensores de las libertades civiles como Human Rights First han alertado de que las decisiones que se tomen en ese frente determinarán si la internet del futuro cumple con su promesa de ofrecer una mayor libertad a los ciudadanos para expresarse y organizarse o por el contrario se convierte en una herramienta que los gobiernos pueden controlar.
Napolitano respondió hoy a esas preocupaciones al mencionar que “algunos piensan que la ciberseguridad debería de dejarse en manos del mercado” y otros aducen que internet es un campo de batalla en el que se libra una guerra.
“O sea que es o el mercado o la guerra. Esas son las dos analogías que escuchamos”, apuntó la titular de Seguridad Nacional, quien dijo no respaldar ninguna de esas visiones enfrentadas.
“Mi posición es diferente”, indicó, para añadir que en su opinión “el ciberespacio es fundamentalmente un espacio civil y el gobierno tiene un papel a la hora de ayudar a protegerlo en asociación con socios en el resto de la economía y el resto del mundo”.
Hizo hincapié, por lo demás, en que la ciberseguridad es parte de la seguridad nacional y destacó que una gran alteración del ciberespacio podría tener “terribles consecuencias”.
Indicó que la agencia que dirige trabaja para detectar a posibles piratas antes de que perpetren sus ataques y ha establecido alianzas con sectores claves y vulnerables como las plantas químicas o las compañías que operan sistemas hidráulicos en el país para prevenir posibles ataques a sus sistemas informáticos.
Reiteró, para finalizar, que la seguridad cibernética no es sinónimo de “control” gubernamental sino de un esfuerzo conjunto entre el sector público y privado y la colaboración inter-gubernamental.
“El desafío es único y excepcionalmente urgente”, concluyó.