reforma laboral que envió el Presidente Felipe Calderón Hinojosa.
El proyecto que está discutiendo el Senado de la República, no es más que el que ya calificó y aprobó en lo general, la Cámara de Diputados hace un par de semanas, donde el capítulo de la transparencia sindical, es cosa que se omitió de todo a todo.
¿Por qué?
Porque siendo claros y honestos, a nadie le interesa mostrar que los sindicatos mexicanos de gran tamaño, son minas de oro, no solo para sus líderes obreros sino también para el partido político que apoyan, en cuestión del voto corporativo en las elecciones o dinero que difícilmente se puede rastrear.
¿Ya olvidamos el Pemexgate?
Es lamentable que personajes como Isaías González Cuevas, líder de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos o Francisco Hernández Juárez, líder del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana y presidente de la Unión Nacional de Trabajadores o Rafael Riva Palacio Pontones, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores del Infonavit o que Elba Esther Gordillo Morales, lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, sin dejar de mencionar a Carlos Antonio Romero Deschamps, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana Víctor Flores Morales, líder del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana y Joel Ayala Almeida, Presidente de la Federación Sindical de Trabajadores al Servicio del Estado (solo por mencionar algunos) estén en contra de privilegiar a México por encima de sus mezquinos intereses.
Como corolario, el mensaje que se envía en México sobre que los sindicatos no serán transparentados y de que estos organismos siguen existiendo y tolerados por la autoridad, ya sea laboral, política o judicial, es que en cualquier momento un sindicato puede ser refugio de impunidad y luchar contra los empleadores; motivo para pensar dos veces en venir a México a invertir y generar empleos frente a países como India o China que tienen mano de obra más barata que la mexicana.
Para cuando escribo estas líneas se está discutiendo en el Senado de la República, la El proyecto que está discutiendo el Senado de la República, no es más que el que ya calificó y aprobó en lo general, la Cámara de Diputados hace un par de semanas, donde el capítulo de la transparencia sindical, es cosa que se omitió de todo a todo.
¿Por qué?
Porque siendo claros y honestos, a nadie le interesa mostrar que los sindicatos mexicanos de gran tamaño, son minas de oro, no solo para sus líderes obreros sino también para el partido político que apoyan, en cuestión del voto corporativo en las elecciones o dinero que difícilmente se puede rastrear.
¿Ya olvidamos el Pemexgate?
Es lamentable que personajes como Isaías González Cuevas, líder de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos o Francisco Hernández Juárez, líder del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana y presidente de la Unión Nacional de Trabajadores o Rafael Riva Palacio Pontones, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores del Infonavit o que Elba Esther Gordillo Morales, lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, sin dejar de mencionar a Carlos Antonio Romero Deschamps, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana Víctor Flores Morales, líder del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana y Joel Ayala Almeida, Presidente de la Federación Sindical de Trabajadores al Servicio del Estado (solo por mencionar algunos) estén en contra de privilegiar a México por encima de sus mezquinos intereses.
Como corolario, el mensaje que se envía en México sobre que los sindicatos no serán transparentados y de que estos organismos siguen existiendo y tolerados por la autoridad, ya sea laboral, política o judicial, es que en cualquier momento un sindicato puede ser refugio de impunidad y luchar contra los empleadores; motivo para pensar dos veces en venir a México a invertir y generar empleos frente a países como India o China que tienen mano de obra más barata que la mexicana.