La empresa metalúrgica responsable del vertido tóxico de la semana pasada en Hungría ha retomado hoy su actividad de producción de aluminio, entre las críticas de la ONG ecologista Greenpeace.
Tímea Petróczi, una portavoz de Protección Civil en la zona del desastre confirmó que los distintos centros de la empresa MAL comenzaron a funcionar de nuevo hoy y que se espera que “alcancen su máxima capacidad el martes de la próxima semana”.
Según explicó la portavoz, con el reinicio de la actividad de la empresa se pretende salvar unos 3.000 puestos de trabajo directos e indirectos.
La ONG ecologista Greenpeace denunció hoy en un comunicado que la vuelta al trabajo de esta compañía es “totalmente irresponsable”.
Los ecologistas exigen al primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que mantenga cerrada la fábrica de MAL en la ciudad de Ajka, causante del vertido, hasta que una comisión independiente de expertos no confirme su seguridad.
Orbán anunció el lunes que la empresa ha sido puesta bajo control estatal. El anterior director de la empresa, Zoltán Bakonyi, fue arrestado acusado de un delito de negligencia, aunque fue posteriormente puesto en libertad por falta de pruebas.
MAL fue fundada en 1995 tras la privatización del sector industrial del país ex comunista.
Uno de sus centros de producción más importantes era justamente el de Ajka, a 160 kilómetros al suroeste de Budapest, donde se produjo el accidente el día 4, al romperse una balsa de acumulación de lodos tóxicos generados en la producción de aluminio.
El derrame ha provocado la muerte de 9 personas, heridas a 150 y el mayor desastre medioambiental de la historia de Hungría.