El derrocado presidente hondureño Manuel Zelaya dijo el martes que el golpe de estado que lo destituyó fue un “atropello que se dio por un grosero cuerpo militar” y no quedará impune.
Zelaya reiteró su intención de volver a Honduras el jueves y dijo que lo haría en un avión acompañado del secretario general de la OEA José Miguel Insulza; el presidente de la Asamblea General de la ONU, el nicaragüense Miguel D’Escoto; la presidenta de Argentina, Cristina Fernández y el presidente de Ecuador, Rafael Correa.
Ratificó que sólo le quedan siete meses de gobierno ya que dejará el poder el 27 de enero.
En una rueda de prensa posterior al discurso, Zelaya vaticinó que al regresar a Honduras “las fuerzas militares rectificarán”.
Minutos antes, la Asamblea General de Naciones Unidas condenó el golpe de Estado en Honduras y demandó el retorno inmediato de Zelaya al poder.
Zelaya dijo ante la Asamblea General de la ONU que los culpables “no han de quedar impunes, han de ser fuertemente señalados para que esto no ocurra más”.
El mandatario insistió en que él aún es presidente y afirmó que las autoridades militares le tienen miedo al pueblo.
“Dénle el poder al pueblo, no le tengan miedo al pueblo”, señaló.
El organismo mundial aprobó una resolución por aclamación el martes que pide a los 192 estados miembros que no reconozcan otro gobierno que el de Zelaya en Honduras. Zelaya asistió a la votación en la cámara de la asamblea, que fue festejada con aplausos sostenidos de todos los diplomáticos presentes.
Zelaya agradeció la “histórica” resolución que expresa “la indignación” de los pueblos del mundo ante el golpe.
Zelaya fue depuesto el domingo en un golpe de Estado. Los militares hondureños le exiliaron por la fuerza en Costa Rica, pero el mandatario arribó a la capital nicaragüense la misma noche del domingo y sostiene que sigue siendo presidente de su país.
Roberto Micheletti, designado presidente provisional de Honduras por el parlamento de la nación centroamericana, dijo que resistirá las presiones externas de restaurar al mandatario depuesto