El presidente depuesto de Honduras Miguel Zelaya dijo este martes anticipar que los militares golpistas acatarán su mando cuando regrese a Honduras el jueves, tras recibir el apoyo de Estados Unidos y del resto de la comunidad internacional.
“Estados Unidos está ofreciendo apoyo para mi retorno”, dijo Zelaya en rueda de prensa en la sede de la ONU en Nueva York, sin dar detalles del tipo de respaldo que recibirá de Washington, donde era esperado la misma tarde.
La Asamblea general de la ONU pidió la restauración en el poder “inmediata e incondicional” de Zelaya, quien denunció desde la tribunal mundial el golpe de Estado que lo depuso el domingo pasado.
En una resolución adoptada por aclamación en su presencia, la Asamblea general condenó “el golpe de Estado en la república de Honduras, que ha interrumpido el orden democrático y constitucional”.
Según el mandatario expulsado, al regresar el próximo jueves a Honduras tras la visita a Washington, convocará al diálogo a los sectores opositores y no anticipa resistencia de las Fuerzas Armadas.
“Creo que las Fuerzas Armadas en Honduras se van a rectificar y van a decir: ¡estamos a sus órdenes, señor presidente constitucional!”. Dijo ser un hombre de fé y agregó: “la sangre de Cristo me va a proteger”.
Zelaya aclaró por otra parte que no aspira a permanecer en el poder más allá de la conclusión de su mandato en enero próximo y aseguró que no volverá a ser presidente “nunca más”.
El fiscal general de Honduras, Luis Alberto Rubí, anunció en Tegucigalpa que Zelaya será detenido “inmediatamente” al pisar territorio hondureño, por estar acusado de delitos como “traición a la patria” y “usurpación de funciones”.
“Inmediatamente pise el territorio será detenido”, advirtió Rubí en conferencia de prensa poco después de que se divulgara la orden de captura emitida la noche del lunes por la juez Maritza Arita.
“Yo regreso a tratar de dialogar”, dijo Zelaya en Nueva York. “Voy a regresar el jueves con mi investidura de ciudadano y presidente”. “Ahí va a estar el pueblo, los militares y mis opositores”.
“Al llegar, llamaré a mis opositores para dialogar”, explicó, aunque advirtió que no desistirá de su proyecto de consulta a la ciudadanía. “Voy a insistir en la participación ciudadana”, dijo.
“Al pueblo –señaló el mandatario depuesto– le pido mantener la calma, defender los derechos, pero en calma”.
Zelaya indicó que en su viaje de regreso le acompañarán la presidente de Argentina Cristina Kirchner, el secretario general de la OEA José Miguel Insulza y el presidente de la Asamblea general de la ONU, Miguel d’Escoto.
“No quiero que me miren como una persona que quiere regresar por regresar” y aseguró que “soy cristiano y siempre perdono” pero, advirtió que “la historia, el pueblo y la dignidad de las naciones no van a perdonar” el golpe de Estado.
Denunció que a pesar de ser blanco de múltiples acusaciones en su país, la mismas nunca se formalizaron por el canal jurídico y legal.
“Nadie me ha hecho un juicio, nadie me ha convocado a un tribunal, nadie me ha dicho cuál es el delito”, insistió el presidente depuesto.
El presidente Zelaya fue secuestrado el domingo en su residencia por un grupo de militares y trasladado a Costa Rica