El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, afirmó la noche del lunes que “nadie le debe obediencia” al gobierno “usurpador” de Roberto Micheletti establecido tras el golpe militar del 28 de junio, y que todos sus actos son “nulos”. “Nadie debe obediencia a un gobierno usurpador que toma el poder por la fuerza y por las armas”, porque “todos los actos son nulos y constituyen delito de traición” a la patria que no prescriben, de acuerdo a la constitución hondureña, advirtió.
Por lo tanto, “todo lo que salga de este gobierno es nulo” y “no tiene ninguna legitimidad”, apuntó el mandatario durante una rueda de prensa en la embajada de Honduras en Managua. Advirtió además al gobierno en funciones que la represión que ha desatado contra los manifestantes que apoyan su regreso, la cancelación de medios de comunicación y la restricción de las garantías constitucionales, entre otros hechos, “son delitos que crean castigo”.
Zelaya anunció por otra parte que nombrará como nuevo embajador ante Estados Unidos a Enrique Reina, en sustitución de Carlos Sosa, a quien suspendió de su cargo por sumarse al gobierno golpista. “Mañana vamos a nombrar a un nuevo embajador en Washington”, dijo Zelaya, y agregó que informó al departamento de Estado la destitución de Sosa, “para que no se acepte ninguna resolución” de su parte.
Zelaya brindó estas declaraciones antes de viajar a Estados Unidos, donde tiene previsto reunirse el martes con la secretaria de Estado Hillary Clinton y funcionarios del gobierno de Barack Obama