La realidad es que la gestión en este gobierno del campo Ixachi, en Veracruz, el yacimiento terrestre más grande de Pemex en los últimos 25 años, con unas reservas 3P de más de 1,000 millones de barriles de petróleo crudo equivalente y que se esperaba fuera la nueva fuente de la abundancia, fracasó estrepitosamente.
A febrero de 2023, Ixachi (que significa ABUNDANCIA), no sólo no produce lo prometido, incluso la producción de crudo de Pemex en todos sus campos se ha reducido a febrero del 2023, a tan solo el 71 % de lo que producía en mayo de 2016. y todo ocurrió bajo la actual administración de Pemex Exploraciçon y Producción, a cargo de Ángel Cid Munguía, que sigue atendiendo las instrucciones del verdadero hombre poderoso del sector Miguel Ángel Lozada que sigue atendiendo clientes en Ciudad de Carmen o en Villahermosa como si nada, todo bajo el radar de Octavio Romero Oropeza, director de Pemex a quien no le cuentan toda la verdad.
Y ni qué decir de las múltiples “licitaciones” con cara de asignación directa que no han resuelto para la batería de separación Ixachi, en la que además invitó a Baker Hughes, y cuya capacidad 600 millones de pies cúbicos diarios de gas, deja claro que solo pretende entregar a los centros procesadores de gas de Pemex, 100 millones de pies cúbicos diarios de gas, una cantidad que está muy por debajo de la disponibilidad que tienen los propios centros procesadores que solo operan al 45% de su capacidad dejando una capacidad subutilizada de más de 3 mil 800 millones de pies cúbicos diarios.
Lo que no se sabe es si Octavio Romero prefiere vender a terceros (muy probablemente extranjeros) el gas que algún día producirá Ixachi, en lugar de aprovechar la infraestructura de el propio Pemex para procesarlo o están esperando que venga una instrucciçon de más arriba y más cerca de Palacio Nacional.
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¿Dónde está pues la soberanía energética de la que habla el presidente? Hoy Pemex y su subsidiaria PEP no son capaces de producir el crudo que requiere el país, no ha invertido un centavo en el mantenimiento de las refinerías y prefieren vender el gas natural y el crudo a intereses extranjeros y promover negocios como la batería de separación Ixachi donde al parecer han “desechado” las ofertas que no incluyen a quienes él propone.
Buzos
1.-Dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador que como logros de su gobierno se mantuvo a la política petrolera fuera del T-MEC y en el caso de la industria eléctrica se rescató a la CFE que estaba a punto de ser destruida como empresa pública “ese era el propósito”. Miente completamente en ambos casos, de entrada, en el TLCAN que funcionó de 1994 a 2018 nunca estuvo el sector petrolero, el entonces presidente Carlos Salinas no se animó a meter el sector de hidrocarburos y el eléctrico porque eran monopolios legales del Estado y se tenía que cambiar la constitución, cosa que no hizo. Quien metió al sector petróleo fue él, en el capítulo 8 del T-MEC. En el caso de la industria eléctrica el desastre financiero proviene de la actual administración y sus operaciones con CFEnergía, que no paga nada de nada; y CFE Transmisión, que gana dinero, pero se lo quitan todo para comprar plantas que no pueden sacar su energía al mercado. El desastre está tan próximo como el verano que viene y si no pregunten a Miguel Reyes, director general de CFEnergía.
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Chocó, literalmente, con la pared y no hay manera de volverlo a levantar; le cuento, de ese campo se esperaba una producción de al menos 80,000 barriles diarios de condensado y 700 millones de pies cúbicos diarios de gas, esas metas ni en sueños se van a alcanzar.
Twitter: @luiscarrujos
Vía: El Sol de México
JGR