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Dr Niebla

Alan Wake vs. Heavy Rain.

By noviembre 2, 2010No Comments

Desde hace tiempo ya se ha venido dando un debate entre diferentes públicos sobre si los videojuegos son o no una manifestación artística.

Curiosamente ninguno de los públicos que debate al respecto son gamers, pues nosotros estamos conscientes de que, si bien hay algunos juegos que se pueden considerar â??artísticosâ?, o que sí reflejan cualidades semejantes al arte en cuanto a su estética como en su técnica, el video juego como décimo arte es algo que está lejos de suceder, y más allá de que esté lejos a muy pocos gamers nos interesa.

Mas como les decía, muchos juegos tienen cualidades artísticas y combinan varias disciplinas. Es posible apreciar la arquitectura en un Assassinâ??s Creed, o disfrutar del diseño visual en juegos como Final Fantasy â??cuyos escenarios están diseñados por el pintor japonés Yoshitaka Amano, quien es también el ilustrador de Vampire Hunter D; sin embargo es quizá la literatura una de las expresiones artísticas que más se conjugan con los videojuegos. No es extraño entonces que autores como Espen Aarseth hayan acuñado términos como â??literatura ergódicaâ? o que Janet Murray hable de un cyberdrama que tiene como origen los juegos de rol y los videojuegos.

Siguiendo esta idea el estudio francés Quantic Dream (creadores de Omikron: The nomad soul), se han dado a la tarea, desde hace tiempo, de crear juegos cuya experiencia sea más literaria, sin dejar de lado el concepto de que, a final de cuentas, son videojuegos. El primer juego en seguir esta línea fue Indigo Prophecy, donde la estructura narrativa del juego era más importante que el modo de juego, de tal suerte que los jugadores iban avanzando en una historia que dependía de sus decisiones, más allá que de la mera habilidad de sus pulgares.

El año pasado, en septiembre, Quantum Dreams sacó al mercado Heavy Rain, un juego que seguía la misma línea que Indigo Prophecy, con la promesa de que redefiniría la manera en la que percibimos los videojuegos; en pocas palabras, Quantum Dreams prometía borrar la línea entre juegos y arte con un título que tomaba ideas y conceptos de las novelas noir, y los mezclaba con una máquina de juegos capaz de reproducir expresiones casi humanas.

Sin embargo, el juego fue una total decepción. Es cierto que se veían bien, era bonito, más allá de cualquier otro juego, pero nada más, la historia, si hubiera sido caballo, cojeaba tanto que hubiera sido necesario llevarla al patio trasero y acabar con su miseria de un tiro. Y así, la romántica idea de que los videojuegos fueran arte se borró por completo.

El fin de semana pasado terminé el Alan Wake para Xbox 360. Mientas los créditos aparecían en la pantalla â??tengo por costumbre ver los créditos en una mezcla de agradecimiento/homenaje a los creadoresâ??, me puse a pensar que Alan Wake tenía éxito en muchas de las cosas en las que Heavy Rain fallaba miserablemente.

No estoy diciendo que ya los videojuegos son arte; sin embargo la calidad narrativa de Alan Wake, así como algunos de los recursos que utiliza sí deja ver esa parte literaria en los videojuegos.

Para comenzar el juego mantiene su coherencia, a diferencia del título de Quantum Dreams, y no mezcla géneros. Si comienza como una historia de terror, continua así hasta el final â??a diferencia del Heavy Rain, que incorpora elementos de ciencia ficción, completamente sacados de contexto.

Alan Wake no es juego pretencioso, sin embargo es más apegado a los principios de la literatura. Su narración y modo de juego se combinan de manera lógica para mantener interesado al jugador, mientras al mismo tiempo reproduce ese sentir que se tiene, en la realidad, cuando uno va sólo por el bosque de noche.

Como cereza del pastel, el juego plantea al jugador la posibilidad de ir conociendo la historia a partir de recoger las páginas que el protagonista, de profesión escritor, ha escrito previamente y que preparan al jugador para lo que va a venir. Esto, que pudiera parecer un spoiler dentro del juego, en realidad tiene una razón de ser en la historia, dándole así profundidad, a pesar de que el juego pudiera antojarse un tanto cuanto lineal.

Así, Alan Wake es fiel a su predecesor Max Pain, e incluso lo cita en un par de ocasiones, aunque nunca por su nombre.

La frontera entre videojuegos y arte está aún muy lejana, y no sé si en realidad los jugadores queremos traspasarla; sin embargo con juegos como Alan Wake la línea entre videojuego y literatura se hace cada vez más estrecha; mientras que con Heavy Rain, bueno digamos que Quantum Dreams lo puede seguir intentando.

Rodrigo â??Dr. Nieblaâ? Castañeda

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