El presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, puso a su paÃs en el centro de la atención internacional cuando ayudó a mediar un controvertido acuerdo de intercambio de combustible para el programa nuclear de Irán. Pero también pudo haber irritado a aliados poderosos con el pacto
â??Es una victoria para la diplomaciaâ?, dijo Lula a la radio brasileña, un dÃa después de que Irán accediera a entregar parte de su uranio enriquecido a cambio de barras de combustible para un reactor.
Un grupo de potencias occidentales, junto a Rusia y China, parecen dispuestas a rechazar el acuerdo en el Consejo de Seguridad de la ONU, presionando para que se imponga una cuarta ronda de sanciones en contra de Irán.
Brasil, una potencia regional y mundial emergente, ahora se arriesga a parecer ingenuo o, peor aún, un cómplice de las ambiciones nucleares de Irán, si Teherán sigue vulnerando las resoluciones del Consejo de Seguridad.
â??Brasil ayudó a Irán a volver a la mesa de negociación y eso es claramente positivo; Lula puede atribuirse el créditoâ?, dijo Alcides Costa Vaz, vicedirector del Instituto de Relaciones Exteriores de la Universidad de Brasilia.
â??Pero es una apuesta riesgosa y frágilâ?, precisó.
Incluso antes de que el acuerdo fuera firmado por Lula, el presidente iranÃ, Mahmoud Ahmadineyad, y el primer ministro turco, Tayyip Erdogan, Teherán aclaró que no suspenderá el enriquecimiento de uranio.
â??Brasil y TurquÃa deben ser felicitados por sus esfuerzos, pero cometieron dos errores enormes. Están dejando a Irán con suficiente uranio enriquecido como para construir una bomba y no han asegurado inspecciones internacionales completasâ?, opinó Robert Pastor, ex consejero de Seguridad Nacional de EU para América Latina. â??Por eso, la pregunta es si Brasil jugó un rol constructivo o si socavó el consenso internacional sobre Iránâ?, agregó.
Lula no es un novato en las negociaciones difÃciles. Ã?l lanzó su carrera polÃtica como un lÃder sindical de discurso duro. Sabe que su diplomacia podrÃa antagonizar con Washington al punto de poner en riesgo el apoyo de EU a los esfuerzos de Brasil por conseguir un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.
â??Sé que es una apuesta riesgosa; haber venido (a Irán), irritará a algunos paÃses y podrÃa poner en riesgo la ambición de ampliar al Consejo de Seguridadâ?, dijo ayer Marco Aurelio Garcia, asesor de PolÃtica Exterior de Lula. Pero para Lula da Silva, podrÃa ser un riesgo que bien vale la pena tomar.
Kevin Casas-Zamora, del Brookings Institution en Washington y ex presidente de costa Rica, dijo que reformar el Consejo de Seguridad era improbable y que EU depende demasiado de Brasil en América Latina como para sancionarlo con algo más que una reprimenda verbal.
â??El inconveniente para Lula es la disputa temporal con Washington y dar la impresión de que los iranÃes le han burladoâ?, sostuvo.
â??Lo positivo es que están jugando en las grandes ligas, lo que Brasil nunca habÃa hechoâ?, concluyó