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México produce los elementos que dan vida a la ofrenda, como la calabaza de cascara dura, la naranja, el tejocote y la cera en greña, productos que ayudan a darle vida al altar en la celebración del Día de Muertos.
De acuerdo con la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), el país genera más de 133 mil toneladas de calabaza de cascara dura, cuatro millones de toneladas de naranja e igual cantidad de tejocote y mil toneladas de cera en greña.
Señala que el Día de Muertos es una tradición milenaria, una celebración de “vida”, una forma de sentir cerca a los seres queridos que han partido al misterioso y fascinante “lugar de los muertos”.
En esta celebración, subraya, es costumbre colocar un altar, que es una construcción simbólica, una muestra de cariño para honrarlos con una ofrenda en la que se disponen los platillos y bebidas que fueron favoritas de las personas a lo largo de su vida.
La Sagarpa precisa en un comunicado que los elementos esenciales en la ofrenda son el agua, la sal, velas, veladoras, copal, papel picado, incienso, flores, retratos de los difuntos, calaveras de azúcar, comida, bebida y dulces.
Estos se disponen en niveles que representan la cosmovisión, el mundo material y el inmaterial o los cuatro elementos, en cada uno de ellos se colocan los diferentes objetos simbólicos que la conforman, agrega.
Es una época de retorno, en donde los vivos participan en los preparativos de la celebración: se cree que las almas de los seres queridos regresan a compartir los alimentos que se ofrecen en los altares, lo que hace que vivos y muertos puedan estar juntos otra vez.
Calabaza, naranja y tejocotes, en las ofrendas mexicanas

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