La actriz Camila Sodi está de vuelta. Después de estar fuera de los sets cinematográficos y televisivos por cerca de seis años, debido a que en ese momento decidió dedicarse a la maternidad, la actriz de 28 años regresa como la protagonista de la serie Señorita pólvora, misma que centra su atención en una chica de familia acomodada que tras la muerte de su padre se ve en la necesidad de involucrarse en esferas del crimen organizado para vengar su muerte.
“Regresar a mi profesión (comnta la propia Camila Sodi en entrevista) fue muy difícil. La decisión de dejar de trabajar fue muy consciente. La infancia de mis hijos no regresa y lo que más necesitan es a su mamá.
“Cuando volví a mi carrera ya no conocía a nadie. Es curioso, porque cuando empecé a hacer cine, hace muchos años, no estaba bien visto que alguien que había realizado telenovelas comenzara a hacer cine.
“Era mi caso, porque yo venía de hacer una telenovela. Tenía sólo 16 años, y recuerdo que tuve que talachearle para ganarme cada uno de esos papeles.
Esta chica Camila Sodi, hija de la escritora mexicana Ernestina Sodi y de Fernando González Parra, está consciente que la industria va cambiando al paso del tiempo y sabe que, a pesar de tener un cierto currículum, deberá volver a tocar distintas puertas para darle continuidad a su carrera.
Próximamente se le a Camila Sodi verá en la nueva cinta de Enrique Begné titulada Compadre, en donde compartirá créditos con Aislinn Derbez, Omar Chaparro y Erik Elías, así como un nuevo proyecto de corte más independiente titulado El placer es mío en que la dirigió Elisa Miller, aquella cineasta mexicana que en 2008 ganó la Palma de Oro a Mejor Cortometraje por Ver llover.
“Creo que ya le di la vuelta a ese miedo que tenía de que me estereotipen, de que digan que eres esto o lo otro o que sólo trabajas en un solo tipo de proyecto.
“Creo que hay que disfrutar, hacer bien lo que uno hace y compartirlo. La gente es dura y te juzga por una sola foto que vio tuya o por una entrevista que está mal editada y en la que quedas como tonta. Es muy difícil porque yo no soy responsable de lo que le provoca al otro y eso lo he aprendido con el tiempo.