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El Zócalo Capitalino que el día de ayer era la sede de una fiesta con 280 mil invitados, el día de hoy amanece blindado, por el miedo que tiene el Gobierno Federal a la manifestación por el octavo año del crimen de Estado por la desaparición de 43 normalistas de la escuela rural “Raúl Isidro Burgos”. 

La promesa de campaña que le dió la presidencia a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) de esclarecer el caso y dar con los responsables a cuatro años de gobierno no ha sido cumplida, en una similitud con el gobierno de Enrique Peña Nieto, la investigación en lugar de avanzar ha ido retrocediendo. 

Los jueces encargados de los casos han decidido absolver de toda responsabilidad al matrimonio Abarca y a los elementos del ejército implicados, haciendo alarde de la ineficacia del sistema judicial. 

La marcha fue programada a las 16:00 horas, sin embargo, la Comisión de los Derechos Humanos de la Ciudad de México, colectivos, asociaciones civiles, activistas, estudiantes, amigos y familiares de los 43 estudiantes desaparecidos arribaron al Ángel de la Independencia desde las 13:00 horas. 

El objetivo de los dos mil manifestantes fue llegar al Zócalo Capitalino y aunque se suspendieron los servicios de Metrobús y la circulación automotriz en las avenidas Reforma e Insurgentes, la molestia a terceros fue breve. 

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Durante la manifestación la señora Cristina Bautista, madre de Benjamín Ascencio Bautista iba haciendo un pase de lista de los 43 desaparecidos mientras los demás asistentes respondieron: “presentación con vida”. 

Con mantas, flores y fotografías los manifestantes externaron su dolor y sufrimiento de forma pacífica, mencionaron que se sienten la burla de la Nación pues ningún gobierno ha sido capaz de solucionar este lamentable suceso que sin duda marcó el peor sexenio de la historia, el de Enrique Peña Nieto.

MGG

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