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¿Murió la semana pasada Nemesio Oseguera, alias El Mencho, principal cabecilla del Cártel de Jalisco Nueva Generación? El rumor corrió fuerte el viernes y nadie lo desmintió categóricamente.

Sin embargo, la información que ha fluido desde entonces sugiere que el asunto fue un bulo, que Oseguera no pereció en un enfrentamiento ni falleció como consecuencia de una enfermedad renal. No hubo reacción alguna de la organización criminal, como sí la hubo luego de sendos intentos de captura del Mencho en 2012 y 2015, y nadie en posición de autoridad en México o en Estados Unidos salió a informar sobre el tema.

No obstante, el asunto no deja de ser importante a varios niveles:

  1. Esto parece reforzar algo que quedó al descubierto luego del fallido intento de captura de Ovidio Guzmán: aunque lo nieguen el presidente López Obrador y el secretario Durazo, persiste una política de persecución de líderes de bandas criminales. Lo que parece haber detonado los rumores del viernes es un enfrentamiento con militares, en el que habría muerto Humberto Gonzalo Mendoza Gaytán, alias El Sapo o El Rey Sapo, supuesto jefe de sicarios del CJNG. Todo esto hay que ponerlo en condicional, porque nada está confirmado. Pero si fuera cierto, sería evidencia de que hay un cerco que se está cerrando sobre El Mencho y que ya ha llegado al primer círculo.
  2. El flujo de información entre las autoridades federales y los gobiernos estatales es menos que idóneo, particularmente en el caso de Jalisco. Según diversas versiones, el rumor arrancó cuando un funcionario estatal mencionó el dato en una reunión de la pomposamente llamada mesa de coordinación para la construcción de la paz, pero este lo habría recibido de una fuente federal en un chat colectivo en un sistema de mensajería (WhatsApp, Telegram o similares). Dicho de otro modo, información altamente sensible se estaría compartiendo por medios no seguros y luego se estaría filtrando de las reuniones de coordinación a los medios de comunicación y las redes sociales.
  3. Existe un problema en la política de comunicación en materia de seguridad. No es prudente dejar correr sin control un rumor sobre la posible muerte de la principal figura del crimen organizado en México. Por suerte, no sucedió nada, pero bien podría haber detonado violencia de rivales de Oseguera, dentro y fuera de la organización criminal. Más de uno querría aprovechar el vacío que generaría la desaparición del Mencho. Pero el viernes no había nadie en el gobierno que pudiera atajar el rumor. La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, afirmó en una entrevista que no tenía información sobre el tema, pero eso dejó a todo mundo en las mismas: nadie supone que la titular de Segob es la fuente mejor informada del gobierno en materia de seguridad. Fuera de ella, nadie dijo nada y no estaba claro qué ventanilla había que tocar para obtener una versión fidedigna.
  4. Algún día, el rumor no va a ser rumor y Nemesio Oseguera va a acabar detenido o abatido (o muerto en su cama por mala salud). Cuando eso suceda, es muy probable que el CJNG, como grupo criminal coherente e identificable, entre en una espiral de la muerte. Se trata de una banda que ha crecido sobre las espaldas de muchos grupos locales. Si cae el líder y arranca una disputa sucesoria, es muy probable que un buen número de esas gavillas acaben operando de manera básicamente autónoma. Ese fue, por ejemplo, el destino de los Zetas.

En conclusión, lo del viernes no pasó de cuento. Con alta probabilidad, Nemesio Oseguera sigue entre los vivos. Pero el rumor dice bastante sobre lo que está sucediendo en el terreno y no mucho es bueno.

El Mencho no murió pero, mostró al gobierno desorganizado, nadie supo que decir, habpia demasiados chismes que no se acallaron y, hoy sabemos que todo fue mentira

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