La política estadounidense en temas vitales para América Latina como inmigración y libre comercio se mantendrá prácticamente invariable tras los comicios de medio término la semana próxima, cuando los estadunidenses darán prioridad a la recesión económica al escoger legisladores y gobernadores.
Un grupo de expertos consultados coinciden en señalar como poco probable que la próxima legislatura emita cambios sustanciales en temas regionales importantes, especialmente si los demócratas pierden la mayoría de la cámara baja como señalan numerosas encuestas.
“Los desacuerdos (entre demócratas y republicanos) sobre el déficit y las guerras (en Irak y Afganistán) serán más agudos, y ese desgaste dificultará mucho que América Latina se convierta prioridad ante posiciones tan polarizadas” en el debate legislativo, dijo a AP la directora del programa latinoamericano del Centro Wilson Cynthia Arnson. “Los recursos políticos y financieros para los grandes cambios, simplemente no están”.
La falta de cambios no significa que Estados Unidos pierda relevancia en América Latina, opina Arnson. “Lo más visible es la cooperación con México, que ahora incluye a Centroamérica y el Caribe y que seguirá sin importar el ganador de la elección. También continuará el tono de una política multilateral consensuada entre Estados Unidos y la región”.
Un incremento de legisladores republicanos típicamente implicaría una mayor probabilidad de que el Congreso apruebe los tratados de libre comercio con Colombia y Panamá. Pero el director del programa de las América del Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS por sus siglas en inglés) Peter DeShazo advierte que tal vez algunos republicanos triunfantes en esta elección sean más proteccionistas que sus predecesores copartidarios.
“¿Quiénes serán estos nuevos republicanos en la cámara baja? No creo que haya disciplina en el partido porque hemos visto varias tendencias. Hay que esperar a ver quiénes ganan para conocer sus posiciones”, dijo DeShazo.
Buena parte de los candidatos republicanos con posibilidades de triunfo el 2 de noviembre provienen del “Tea Party”.
El movimiento ultraconservador no se ha pronunciado en contra de aprobar tratados de libre comercio, pero sí ha expresado preocupación por los estadounidenses desempleados cuando las empresas trasladan áreas operativas a otros países. También ha mostrado posiciones muy críticas con la inmigración ilegal, lo que disminuye las posibilidades de que el Congreso apruebe una reforma migratoria integral, tal como lo prometió el presidente Barack Obama durante su campaña electoral.
Otra área que no mostrará avances es la política estadounidense hacia Cuba, según el presidente del Diálogo Interamericano, Michael Shifter.
“Obama se expone a mucha vulnerabilidad política en el tema Cuba debido a la detención (del estadounidense Alan) Gross. No es un momento de tomar riesgos sobre Cuba. Aún con Gross en libertad, el tema Cuba probablemente siga congelado”, señaló.
Si la comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes pasa a manos republicanas, la presidencia pasaría a Ileana Ros-Lehtinen, una legisladora cubana-estadounidense que se ha opuesto durante su carrera política a cualquier debilitamiento del embargo comercial que Estados Unidos mantiene contra Cuba desde 1959