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El energético clave para el desarrollo y la competitividad futura de México es el gas natural, pero a pesar de que en los últimos años ha tomado mayor relevancia, el acceso ininterrumpido al combustible aún es uno de los principales retos de seguridad energética que enfrenta el país por la falta de infraestructura.

El uso de gas natural se aceleró a partir de los años noventa, al grado de que México se convirtió en uno de los países que más depende de él y para el 2019 se posicionó como el quinto país, con la mayor proporción de este energético, solo por debajo de los Países Bajos, Italia, Reino Unido y Canadá, de acuerdo a la Agencia Internacional de Energía. 

En la actualidad, cifras de Deloitte México revelan que alrededor de 60 por ciento de la generación eléctrica depende de este combustible, al igual que la operación de gran parte de la industria manufacturera del país.

No obstante, la falta de infraestructura que permita incrementar la capacidad de almacenamiento y de transmisión del gas natural, sobre todo en la zona sur de la Península de Yucatán, ocasiona una importante escasez del hidrocarburo que da como resultado electricidad más cara, poco confiable, contaminante y problemas energéticos.

Entre 2015 y 2020, la producción de gas natural de Petróleos Mexicanos (Pemex) se redujo en mil 600 millones de pies cúbicos diarios, de acuerdo con cifras del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) y por lo menos 24 por ciento de la producción del combustible de la petrolera es nitrogenado, lo que merma su calidad y eficiencia.

El gobierno de Quintana Roo trabaja en modernizar la infraestructura de Cancún con grandes obras y una de estas es la instalación de gasoductos en el bulevar Colosio

El riesgo de no contar con suficiente gas natural igualmente recae en la seguridad energética del país y un ejemplo de esto se vivió en febrero de 2021, cuando los gasoductos de Texas se congelaron por las fuertes heladas que azotaron al estado, lo que provocó una disrupción en el suministro hacia México y apagones que afectó al norte del país. 

Además, el IMCO señaló en un comunicado hace unos días, que en México la falta de infraestructura de almacenamiento de gas natural representa uno de los principales riesgos de seguridad energética del país y se agudiza con los cambios abruptos en la oferta y la demanda de este combustible.

En su análisis “Almacenamiento de gas para la seguridad energética”, demuestra que el país no está bien protegido con una infraestructura de almacenamiento ante crisis energéticas, pues en caso de presentar alguna contingencia que límite el acceso de gas natural, el país sólo cuenta con 2.4 días de almacenamiento, lo que generaría un riesgo para la operación.

En contraste, naciones como Austria cuentan con 318.3 días de almacenamiento, Francia con 98.8 y España con 34.2.

“El país no tiene por qué seguir expuesto a la vulnerabilidad actual en el mercado de gas natural. México debe fortalecer la infraestructura de almacenamiento de gas natural y transitar gradualmente hacia un mínimo de 5 días de inventarios, como pretende la Política de 2018. El costo de los proyectos es relativamente menor comparado con el costo de no contar con un suministro suficiente”, indicó el IMCO.

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De acuerdo con el IMCO, el gas natural es imprescindible para la seguridad energética de México, pues 45% de la capacidad instalada de generación eléctrica de la CFE es a base de este combustible.

La Península de Yucatán padece desde hace 12 años una insuficiencia gas natural lo que se ha convertido en un problema para la generación de energía eléctrica en la región, por ejemplo, en la industria de esa zona se presentan problemas como apagones y mayores costos, porque se ven obligadas a consumir combustibles alternos más caros.

Para hacer frente a esta problemática, principalmente en la Península, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) anunció el 28 de noviembre la firma de un convenio para la ampliación de más de 700 kilómetros del gasoducto Mayakan, en Yucatán,  proyecto con el cual se pretende satisfacer la demanda de gas natural tanto para la industria como residencial, así como para incrementar la generación de energía en la región en los próximos 25 años.

Al mismo tiempo, la instalación de gasoductos en el bulevar Colosio, en Cancún, Quintana Roo, así como las plantas de ciclo combinado de “Mérida IV” y “Riviera Maya”, impulsadas por la CFE, busca frenar la escasez de gas natural, el déficit eléctrico y los apagones en el sur de la Península de Yucatán, asimismo, lograr beneficios a corto y mediano plazo a los quintanarroenses con el suministro de combustible para sus hogares y negocios.

AMLO a favor del uso del gas natural

Incluso, en su conferencia de prensa de este jueves, el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, recordó que actualmente se construyen dos plantas de generación de energía eléctrica de ciclo combinado en Valladolid y en Mérida.

Indicó que estos proyectos tienen como fin abastecer el paso del Tren Maya, sobre todo desde la capital yucateca hasta Chetumal, que será de forma eléctrica, y también destacó la instalación de un gasoducto especial para los tramos restantes para que no falte energía eléctrica en la zona.

“Ya están construyendo dos plantas de ciclo combinado, para el abastecimiento; una en Mérida y otra en Valladolid. Y ya estamos metiendo gas por un gasoducto especial, para que no nos falte la energía eléctrica”, recalcó.

Gracias a la ampliación de las redes de gas natural el suministro de gas natural en la Península de Yucatán pasó de 40 millones de pies cúbicos diarios en 2018, a 160 millones de pies cúbicos diarios actualmente, por lo que paulatinamente comienzan a garantizar un suministro confiable del combustible y así cubrir las necesidades energéticas en la zona.

JGR

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