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Elena Poniatowska
“En realidad, si hablamos de cultura lo que realmente cuenta y vale es la autenticidad”, aseguró la escritora Elena Poniatowska, la tarde de este sábado al asistir a la XXXVI Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM), ante un público que la también periodista y activista ha sabido sembrar y cultivar con su obra.
Ejemplificó, al elevar la voz, que a lo largo de toda su vida, nunca ha oído a nadie hablar mejor que a un ferrocarrilero en una asamblea gremial.
“Un ferrocarrilero habla mucho mejor que cualquiera de los diputados que existen en la actualidad” dijo Elena Poniatowska y acto seguido, una prolongada ovación se dejó escuchar en la Capilla del Palacio de Minería.
La escritora Elena Poniatowska, quien fue esperada por alrededor de 30 minutos por un público que la recibió entre vítores y alabanzas, acudió a la FILPM para presentar su libro “Hojas de papel volando”.
Llegó Elena Poniatowska acompañada del editor de su libro, Marcelo Uribe, y de la escritora Mónica Lavín a quien le dedicó el cuento “El corazón de la alcachofa”, que gustó mucho.
En el acto se destacó que los cuentos de Elena Poniatowska se reúnen en el volumen de “Hojas de papel volando”, y al leerlos y releerlos, compiten la risa con la calentura, y la tristeza que causan los abandonos, las traiciones y las ilusiones perdidas, con los gozos del enamoramiento, y la ilusión de la esperanza, con el placer de lo que bien se aprende.
Para el editor, el libro es fiesta de todas las voces: las populares que iluminan la calle y los cuartos de azotea, pero también las cultas y las que se pretenden cultas en las cenas elegantes con presidentes y embajadores. “Fiesta del género también o la prueba de que en el cuento se echa la casa por la ventana de unas pocas páginas”.
En el libro hay mucho amor, a los cuadros y a la literatura, amor filial, sexual y ese amor suave que se llama amistad. Amor que es también una forma fina, muy detenida de mirar. Hay también muerte y rabia y odio, pero todos vistos con los ojos valientes del amor. “Elena Poniatowska es nuestra mayor valiente y lo demuestra su ternura”, añadió.
Antes, se dijo que su carrera periodística comenzó en 1954 en el periódico “Excélsior”, y que toda su vida ha desarrollado su actividad periodística. Algunas de sus entrevistas a autores mexicanos y extranjeros se reunieron en “Palabras cruzadas” (1961) y en “Todo México” (1990). Poniatowska ha escrito en varias publicaciones dentro y fuera del país.
Luego de que durante la presentación Mónica Lavín recomendara “leer poco a poco el libro y darle aire a la lectura”, Poniatowska dejó ver que para escribir este ramillete de cuentos se inspiró en sus vivencias, que dijo han sido muchas. Por eso a lo largo del libro desfilan numerosos personajes que ella conoció, o que fueron creados a partir de gente que conoció.
Elena Poniatowska ha escrito novelas, teatro, poesía y cuentos. Entre las constantes de su obra se encuentra la presencia de la mujer y su visión del mundo, la Ciudad de México con su belleza y sus problemas, las luchas sociales, la vida cotidiana, la literatura, la denuncia de injusticias y la crítica social, es por eso que sus textos son espejo de la vida de millones.
Al término de la presentación, a la que la FILPM le dispensó una hora y media, Elena Poniatowska se dio tiempo para firmar ejemplares de sus libros, pues los asistentes, al menos muchos de ellos, llegaron con uno, dos, tres y hasta cuatro libros de la autoría de esa escritora para que se los firmara y, de ser posible, tomarse la foto del recuerdo con ella.
Entre los numerosos títulos firmados por la escritora estuvieron “Lilus Kikus”, colección de cuentos; “Todo empezó el domingo” y sus libros de testimonios “Hasta no verte, Jesús mío” (1969), novela basada en una larga entrevista a la lavandera Josefina Bórquez, y “La noche de Tlatelolco” (1971) acerca del movimiento social y estudiantil del año 1968.

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