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La visita de Barack Obama a Cuba no es la panacea. Pese a la importancia de la visita del presidente Barack Obama a Cuba, su simple presencia no será suficiente para eliminar de un plumazo todas las diferencias entre ambos países o los reclamos de la isla, aseguró el Partido Comunista.
Un extenso editorial del periódico oficial Granma el miércoles indicó que Obama será “bienvenido” a Cuba pero también enfatizó las diferencias que se formaron a lo largo de cinco décadas de ruptura.
“Para llegar a la normalización queda un largo y complejo camino por recorrer, que requerirá de la solución de asuntos claves. y que profundizaron el carácter confrontacional (de confrontación) de los vínculos entre los dos países”, expresó el rotativo, órgano del Partido Comunista de Cuba.
Agregó que “tales problemas no se resolverán de la noche a la mañana, ni con una visita presidencial”.
La lista de reclamos de Cuba va desde “el levantamiento del bloqueo económico, comercial y financiero, que provoca privaciones al pueblo cubano” hasta la devolución de la Base Naval de Guantánamo.
El rotativo exigió además que Washington abandone su “pretensión de fabricar una oposición política interna sufragada con dinero de los contribuyentes estadounidenses” y cese las transmisiones de Radio y TV Martí, órganos pagados por el presupuesto federal con destino a Cuba y que casi nadie recibe pues la isla logró frenar la señal sobre su territorio.
Los reclamos de Cuba se producen pocas semanas antes de la visita del presidente Obama a la isla, el 21 y 22 de marzo, la primera de un mandatario en ejercicio desde 1928.
La gira de Obama por la isla está marcada por una intensa polémica en Estados Unidos entre sus defensores y los detractores de la isla que consideran que el viaje presidencial dará credibilidad a un gobierno comunista y sistema de partido único.
Cuba por su parte insistió en este editorial que no tiene intenciones de realizar reformas políticas y que mantendrá su política de derechos humanos y justicia social, a la par que no desea que Washington se inmiscuya en sus asuntos internos.
Obama y el presidente Raúl Castro anunciaron en diciembre de 2014 el inicio de un proceso de deshielo y en 2015 reabrieron sus respectivas embajadas.
La visita de Barack Obama a Cuba no es la panacea

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