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La Organización de Estados Americanos (OEA) cumplió sin vacilaciones los compromisos que enfrentó este 2015 y recuperó de paso su credibilidad como referente hemisférico obligado, consideró su secretario general, Luis Almagro.
“No nos hemos retirado ni nos hemos escondido frente a ninguna dificultad que se ha planteado en el continente”, afirmó el excanciller uruguayo.
Tras desestimar valorar sus primeros ocho meses en el cargo, Almagro señaló que “los eventos internacionales no respetan Año Nuevo ni Navidad”.
Desde que asumió el cargo en abril de 2015, tras ser electo en sustitución de José Miguel Insulza, la agenda y la actividad de Almagro ha sido intensa y con momentos de tensión, como los vividos antes de las elecciones legislativas de Venezuela este 6 de diciembre.
Cuando Almagro condenó el asesinato del político de oposición Luis Manuel Díaz, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, respondió con un ofensivo discurso, en que lo calificó de “basura” y atribuyó la muerte a “sicarios de la derecha”.
“No es ser basura, señor presidente Nicolás Maduro condenar el asesinato de un político y hacer un llamado a detener ya la violencia en curso en el país”, reviró poco después Almagro en una carta al mandatario.
El malestar del gobierno venezolano fue evidente días antes por la primera carta de Almagro a Maduro en la que éste denunció las acciones oficiales para coartar los derechos y el accionar de los partidos de oposición de cara a esos comicios, cuestionando la transparencia y equidad de ese proceso.
Sin embargo, en entrevista, Almagro evitó toda alusión a Venezuela si bien poco después de conocerse el resultado de las elecciones, dejó en firme su intención de buscar puentes de entendimiento con sus autoridades.
“Ustedes han visto a la organización en Haití, en República Dominicana, en la frontera colombo-venezolana, en Honduras, en Guatemala. Hemos enfrentado los principales temas del continente”, dijo, tras destacar las labores de observación electoral.
Desde su perspectiva, lo que se tiene ahora es una OEA que a lo largo de este año ha estado en los principales temas del contiene, “que ha marcado agenda en los principales temas del continente”.
En febrero pasado, poco antes de su elección, Almagro presentó ante los embajadores de los 35 países de la OEA el mapa de ruta para convertirla en un organismo hemisférico más efectivo y relevante ante la crisis de credibilidad que, aseguró, enfrentaba entonces.
Ocho meses después, Almagro ve una organización sin crisis de credibilidad o irrelevante, y apunta a la resonancia de su nombre en los medios de comunicación, más que en ofrecer resultados concretos.
Subrayó que la OEA tiene más titulares en la prensa que ninguna otra organización del mundo y es referente para los principales problemas en el continente respecto a temas como democracia y derechos humanos.
“Las valoraciones que se han hecho sobre nuestro trabajo han sido muy fuertes en toda la línea, y la valoración ha sido muy positiva a nivel de medios, de opinión pública y de agenda política de los países, sean gobiernos o de la oposición”, precisó.
Para Almagro, la organización ha dejado de enfrentar una crisis de credibilidad.
“La recobró por lejos. Se ha transformando a una referencia para los temas de democracia en el continente. Lo es indudablemente”, respondió al ser cuestionado en ese sentido, dejando atrás su resistencia inicial de pronunciarse al respecto.
Programándose para los próximos 12 meses de trabajo, Almagro dijo que la organización continuará como lo ha hecho en los pasados ocho meses, trabajando sin rehuir sus compromisos con el respeto de la democracia y derechos humanos.
Aseguró que su trabajo no estará determinado por cambios políticos, y que se buscará sumar esfuerzos con otros entes regionales y hemisféricos, quienes desde su perspectiva, no hacen contrapeso al trabajo que lleva a cabo la OEA.
“El fortalecimiento de la democracia y de la promoción de derechos están más allá de las circunstancias o coyunturas electorales de los países, y nuestra idea siempre es el trabajo institucional”, indicó.
Almagro pareció desestimar el impacto que las elecciones en Argentina tendrá en su trabajo con la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), el bloque regional que integran además su país y Venezuela, en otras naciones de Sudamérica.
Insistió que el trabajo que se realizará con los países del ALBA o con cualquier organización regional será siempre de construcción de agendas constructivas y de trabajo conjunto “que nos permitan aunar esfuerzos y no duplicarlos”.
Almagro dio la bienvenida a la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que excluyó a Estados Unidos y Canadá, como “una de la construcciones políticas más interesantes que se han hecho”.
“Es una construcciones fundamental y es lo que ha permitido a los países de América Latina y el Caribe construir diálogos estratégicos con otras regionales del mundo, con otras potencias del mundo”, dijo.
Almagro enfatizó que la naturaleza diversa de ese bloque dista mucho de significar una competencia para la OEA, que presidirá durante cinco años.
OEA cumple y hace frente a los problemas continentales

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