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El juicio de la hermana del príncipe heredero saudita, Mohamed bin Salmán, acusada de haber ordenado a su guardaespaldas que golpeara a un obrero que realizaba trabajos en su apartamento parisino en 2016, se abrió este martes en París.

La hermana del príncipe saudita no estuvo presente en el tribunal. Tampoco estuvo el obrero, aún “muy afectado” por lo sucedido, según indicó su abogado. Sólo acudió al inicio del juicio el guardaespaldas de la princesa, Rani Saïdi.

Hassa bint Salmán, hermana del hombre fuerte de Riad, conocido como “MBS”, es objeto desde diciembre de 2017 de una orden de arresto. La justicia francesa la acusa de “complicidad” en un acto de “violencia voluntaria”.

Princesa Saudí ordena golpear a albañil hasta matarlo

El 26 de septiembre de 2016, Ashraf Eid, un obrero de construcción, estaba en el séptimo piso de una residencia de la familia real saudita en la lujosa avenida Foch, cerca de los Campos Elíseos. Estaba pintando cuando lo llamaron “de urgencia” al quinto piso, para reparar un lavabo dañado.

El obrero explicó a los investigadores que tomó fotos del baño con su teléfono. La princesa lo acusó de querer vender las imágenes a los medios y llamó a su guardaespaldas.

El trabajador afirmó en cambio que fue amenazado, golpeado y humillado. Describió a los investigadores 15 minutos de terror, durante los cuales la princesa habría dicho “hay que matar a ese perro, no merece vivir”.

El guardaespaldas, según contó, le habría ordenado también arrodillarse para besar los pies de la princesa. Pudo salir después de varias horas, sin su teléfono.

No es la primera vez que la familia real saudita se ve envuelta en problemas con la justicia francesa.

En marzo de 2013, se ordenó la confiscación provisional de bienes adquiridos en Francia por Maha al Sudaïri, la esposa repudiada del ex príncipe heredero Nayéf bin Abdulaziz (quien murió en junio de 2012), debido a facturas impagas.

La princesa estuvo en París entre el 22 de diciembre de 2011 y el 17 de junio de 2012, e intentó abandonar su suite del lujoso hotel Shangri-La con unas sesenta personas, dejando una factura impaga de casi 6 millones de euros.

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