Skip to main content
Congreso de la Union

Urge terminen senado en México

By noviembre 14, 2010No Comments

Los 128 escaños están instalados. La alfombra y las paredes de un plafón que mejora la acústica fueron colocadas. Al fondo, la megapantalla que mostrará el Escudo Nacional, el escudo del Senado, pero también las votaciones electrónicas, la lista de asistencia y los textos de los dictámenes a discutir están a sólo un par de días de comenzar a funcionar.

También está listo el moderno atril que se ubicará al centro de la Mesa Directiva, que preside el priista Manlio Fabio Beltrones, y desde el cual todos los senadores en turno a tribuna no sólo hablarán ante sus compañeros, sino que serán los únicos legisladores del mundo que sus discursos, sus reproches, sus críticas, sus aportaciones serán dirigidas a una enorme Bandera Nacional que será siempre testigo mudo del trabajo de los representantes populares de la patria.

Se trata del Salón de Plenos en la nueva sede del Senado de la República que el próximo 20 de noviembre abrirá sus puertas oficialmente por primera ocasión para que Manlio Fabio Beltrones, Francisco Arroyo, Ricardo García Cervantes, Arturo Núñez, Cleominio Zoreda, Adrián Rivera, Ludivina Menchaca, Martha Leticia Sosa Govea, Arturo Herviz y Francisco Xavier Berganza, integrantes de la Mesa Directiva, se conviertan en los primeros legisladores federales en abrir la puerta de un salón construido exprofeso para el Senado.

Lejos de la amplitud del Salón de Plenos de la Cámara de Diputados en el Palacio Legislativo de San Lázaro, el Pleno del Senado en su nueva sede es de una dimensión menor, pero imponente.

Desde la perspectiva justo detrás de los 128 escaños, asoma la megapantalla entre las decenas de tubos de los andamios requeridos para su instalación. Es grisácea y explican los técnicos que en ella se reflejará siempre una imagen en grises mate del Escudo Nacional y del escudo del Senado, pero al momento de las discusiones del Pleno, esas imágenes dejarán ver rostros de los legisladores, textos que se discuten y, sobre todo, la votación.

Es como un gran pizarrón que estará a la vista de todos, pero cuyas imágenes también se observarán en sus propios escaños, donde tendrán una computadora que les permitirá seguir los pormenores de las sesiones; pantallas en los escaños que estarán en cada uno de los lugares de los integrantes de la Mesa Directiva, por lo cual no tendrán necesidad de voltear constantemente para mirar la megapantalla.

Y esa misma perspectiva del salón tendrán los invitados especiales, para quienes está destinado el primer piso de gradas, así como los representantes de la prensa, quienes desde el tercer nivel, detrás de un cristal, podrán observar todo lo que ocurre en el Pleno como un big brother informativo.

Pero la mejor perspectiva del salón de plenos es la que tendrán los integrantes de la Mesa Directiva y los senadores que estén al turno de la voz en tribuna, porque una ventana horizontal les permitirá ver en todo momento la Bandera Nacional, que el 20 de noviembre será colocada, porque es el corazón de esta construcción que ha sido considerada por los expertos internacionales como un ejemplo de la arquitectura y la ingeniería mexicanas.

La Bandera Nacional es el eje sobre el cual gira esta construcción y del cual se desprenderá toda la actividad del Senado de la República.

Los avances son innegables, pero todavía no pueden verse totalmente, para evitar que el resto de la obra los maltrate; por eso los escaños color pino y la alfombra, de un café claro jaspeado, están tapados con metros y metros de plástico negro.

A sólo ocho días de la fecha de entrega del Salón de Plenos, los 650 trabajadores del turno diurno y los 450 del nocturno trabajan a toda velocidad para colocar los pisos de granito de las escalera de la entrada principal, sobre Paseo de la Reforma, pero también de la entrada pequeña en la calle de París; para sacar de los cientos de macetas las plantas que formarán los jardines del primero y segundo patios.

Los trabajadores muestran en las pláticas breves que sostienen con Excélsior la seguridad de que el 20 de noviembre México podrá comenzar a ver el rostro de este imponente edificio que albergará a un cada vez más influyente Senado de la República, y que es un orgullo de la arquitectura y la ingeniería nacionales, como certifica National Geographic, cuya serie sobre la historia de este edificio, considerado parte de las megaconstrucciones del siglo XXI, comenzará a transmitirse en diciembre próximo.

Leave a Reply